Ya sé que eres lista, mi amor, pero no me digas que eres leísta.


¿No sabes si eres leí­sta? Bueno, el leí­smo es muy habitual en algunos territorios de habla española. El problema es que lejos de ser algo positivo, el leí­smo es una costumbre lingüí­stica que se debe evitar porque es incorrecta. No obstante, esto no impide que podamos oí­r o leer algunos ejemplos de leí­smo en conversaciones o textos. Por eso es importante aprender en qué consiste el leí­smo y ver algunos de los ejemplos más habituales en los paí­ses hispanohablantes.

¿Qué es el leí­smo?

El leí­smo es una incorrección en la que se usa un pronombre de forma incorrecta. En este caso, los pronombres que se utilizan de forma errónea son le y les. Son empleados como complementos directos en lugar de lolalos y las.

He aquí­ algunos ejemplos de leí­smo:

  • Me gustó el televisor, así­ que le compré (incorrecto: leí­smo)
  • Me gustó el televisor, así­ que lo compré (correcto)
  • Después de entrevistar a Xochitl y Amanda, les contraté (incorrecto)
  • Después de entrevistar a Xochitl y Amanda, las contraté (correcto)
  • A mis hijos les quiero mucho (incorrecto)
  • A mis hijos los quiero mucho (correcto)
  • A tu madre le veo muy feliz (incorrecto)
  • A tu madre la veo muy feliz (correcto)

Según El manual de estilo Chicago Deusto, la Real Academia Española solo considera gramaticalmente aceptable —aunque no recomendable— el leí­smo cuando el referente es una sola persona de sexo masculino. Así que:

Le vi por la calle es gramaticalmente correcto si le sustituye a Pedro, pero incorrecto si sustituye el nuevo coche de Pablo (Lo vi por la calle) o a Marí­a (La vi por la calle).

Busqué a Pedro y Marí­a, pero no los encontré es la forma plural correcta mientras que no les encontré es incorrecto. 

Otra vez:

Le vi a Marí­a andando por la calle. Incorrecta

Le vi el nuevo coche de Pablo. Incorrecta

Le vi a Pedro andando por la calle. ¡Correcto! (aunque no recomendable)

Ahora, mi novia sabe ser lista sin ser leí­sta.